Cuando los escaladores se pierden, pueden pasar décadas hasta que se encuentran sus restos en medio del hielo y la nieve de la montaña. Pero con el aumento global de las temperaturas las superficies heladas se están reduciendo, y esto trae nuevas esperanzas para las familias de los muertos que no han tenido la posibilidad de poner fin a su duelo.
"Siempre estoy buscando cosas, colores que no pertenecen a la naturaleza, y con mucha frecuencias las ves: crampones, mochilas...", dice Gerold Biner piloto de rescate en los Alpes.
"La cara oriental del Matterhorn está cubierta de cosas. Siempre digo que se podría abrir una tienda para montañistas con todo lo que hay allí".